15/4/17

Poema de Marita Rodríguez-Cazaux


HORFANDAD 
                                          
Ahora, cómo calzar el guante...
Tan pequeñito guante para esta mano
que ya no es mano.

Agarrotada,
la palma extiende las falanjes
y aprisiona -inútilmente-
la mano imaginada,
sube hasta el brazo, el hombro,
espalda, torso, nuca,
el cuello ladeado, el pelo claro,
el beso humedecido de la dicha.
El abrazo al sol del mediodía.

Muerte le dieron los años del espanto
a la caricia que apretaba
el infinito de sueños
en un guante.

Perdido un guante,
de qué me sirve tener estas dos manos.



© Marita Rodríguez-Cazaux

4 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...


Bellísimo poema, Marita, que te escuché decir en nuestro café.

Un abrazo,

Alicia Márquez

16 de abril de 2017, 12:41  
Anonymous betty badaui ha dicho...

Buen tema y tan regiamente utilizada la imagen del guante que enaltece el poema.
Un abrazo
Betty

17 de abril de 2017, 14:56  
Blogger Mónica Angelino ha dicho...

Gran poema!! Sí!

Besosss

18 de abril de 2017, 20:46  
Blogger Elisabet Cincotta ha dicho...

Bello poema, muy significativo.

Abrazo
Elisabet

20 de abril de 2017, 13:24  

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