4/12/16

Poema de Sandra Gudiño



Mujer-desaparecida

Adverbio sin conjugar
en la cara del verdugo,
fuga la inocencia sin misericordia
por el pasillo de tu noche
y te contempla caída.

Bóveda de huesos abandonada
el olvido trepa por las venas secas
y de la boca cae la sal
de una sola lágrima.
Descubres que es real
lo que ya no existe.
Rompecabezas sin piezas
para armar.
La piedad sin ira en el bolsillo
alimentó tus últimas gotas
de tiempo a contraluz.
Vagamente
guardan tus pestañas
la causa de tu causa vacía.
La libertad tiene sueño
en tu sueño dormido.
Poco queda de ti:
pelos, uñas,
un recuerdo hecho sombra
en la sombra de tu aliento,
hilachas de la piel, encanecidas,
nostalgias del rostro extraviado
en el rostro de rodillas frente al espejo.
Libélula sin nombre, entumecida.
Nada, o casi.
Los ojos de los hijos de tus hijos
recorrerán las calles,
buscándote.
Te reconocerás en el barro
de esa huella.
Señal.
Estigma de resurrección,
se alza desde la cadencia leve
de tus pasos alejándose
en la historia.
Poema del desgarro
al borde de mis labios.
Y tu sigues allí,
esperando por ti.


© Sandra Gudiño

1 comentarios:

Blogger Patricia Berho ha dicho...

El dolor de lo atroz. ...buen reflejo.gracias

5 de diciembre de 2016, 16:43  

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