23/8/16

Poema de Juana M. Ramos

  

Ciudad de Nueva York – Segunda parte

De vuelta a tus entrañas
a tu vientre que me recibe,
estoica me abro paso entre la multitud.
Llego a ti y me tiras un bocado de esperanza
que me mantiene viva, me da un poco de calma.
Con la palabra avergonzada retorno a tu boca
que se abre y me repite una promesa.
Ciudad que me urge a contarlo todo
a observarlo todo: una noticia pregonada en
su momento bajo la banca de una estación cualquiera,
una mujer mayor vestida de blanco que predica
el apocalipsis con la histeria de aquel al que abandonan.
Ciudad sirena, canto sin cesar, me obliga a detenerme,
me amarro a los recuerdos; muero cada noche en tu noche,
pero no es mi tiempo y me devuelvo a la voz de tu latido caótico,
ciudad banquete poblada de Tántalos, piedra sobre la que
a diario edifico mi infierno, a cuestas te llevo, te empujo a
la cima, ciudad completa que se me precipita.


© Juana M. Ramos

3 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Magnífico poema, "a diario edifico mi infierno". Perfecto final. Un abrazo, Juana. Isabel Llorca Bosco

27 de agosto de 2016, 12:48  
Blogger Nerina Thomas ha dicho...

- me amarro en los recuerdos -
Es eso.
cariños

29 de agosto de 2016, 23:16  
Blogger Romina R Silva ha dicho...

Me gusta tu poesía, esa percepción de la ciudad que uno puede volver su propio infierno.

7 de septiembre de 2016, 23:46  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio