3/7/12

Prosa de Sonia Quevedo


ROSA CERCENADA

Lacerado su cuerpo, desgarrado, violado, apuñalado y empalado
En aterradora soledad e Indefensión total
Esparcese silencioso el dolor tras una tarde de viernes.
Atravesado el arroyo, la noche acuna las vísceras
Y escuchase cual Rigoletto entonar:
"¡Cortigiani,vil razza dannata...!" hoy por ella.
Sobre el pasto húmedo, rodeada por fantasmas,
Sin un abrigo pequeño, sin el calor de su hogar, sin el abrazo fraterno
Y abandonada de Dios en una madrugada fría,
Desfallece la “Rosa” al cantar su canción de despedida
Reflejando magno el dolor en sus fijos ojos idos.

© Sonia Quevedo

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Un alegato terriblemente lúcido, de una poeta que, evidentemente, se mantiene informada y sufre por lo que está sucediendo en esta terrible realidad de la violencia de género. Las imágenes son logradísimas, nos desgarran. El final con esos"fijos ojos idos" es impactante.
Un grandísimo poema, un poema necesario, Sonia, para crear conciencia. ¡Felicitaciones ! Irene Marks

24 de julio de 2012, 11:58  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio